La abuela y su aceite de rosas.
La abuela Fátima de las nubes, contaba que lo único que trajo consigo cuando dejó la casa de sus padres, al otro lado del río, fue un marido estorboso y un frasquito de aceite de rosas. Contaba las historias mas increíbles de toda la ciudad, desde los cazadores amarillos de leones, que entraron persiguiendo a una fiera enorme, hasta los efectos mágicos, que producía su misteriosa esencia de rosas. Siempre que salíamos a pasear nos ponía ( a las nietas) 2 "goticas," como solía decir, una detrás de cada oreja, por que "es oro molido, mijitas, y con esto, los van a enloquecer". Bueno pues, nos sentíamos soñadas, divinas, capaces de alcanzar todos nuestros sueños. La abuela nos enseño también a preparar deliciosos platillos, con solo 1 "gotica" de su mágico aceite, para hacerlos "caer a nuestros pies, y volverlos a levantar"; y cuando estábamos tristes, desconsoladas, nos untaba una gotica en el corazón. Los tiempos de la abuela Fátima de las nubes terminaron, pero su magia y el aceite de rosas continúan presentes en nuestras vidas.
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