Ahora, imaginen esta terrorífica escena:
Primer acto: llego a casa de una amiga querida.
Segundo acto: comenzamos a charlar lo más de sabroso y a deleitar nuestros paladares, con pasteles de chocolate, café, galleticas de dulce de leche.. en fin pura vida, como ella diría.
Tercer acto: empieza a buscar entre sus chucherias y saca una tea light, ya saben, esas velitas pequeñas, que se colocan en los difusores de vela. Sin palabras...
Cuarto acto: hasta aqui vamos mas o menos bien, cuando de repente, toma un frasco diminuto, transparente, con un líquido amarillo, el cual empieza a verter poco a poco
en el difusor, sin agua!!!
Quinto acto: veo salir esta cantidad de humo... con este olor desagradable a algo pasado de quemado y requemado, era inexplicable el mal olor que de allí se desprendía...
Sexto y último acto: ella inspira, suspira y murmura: "...que rico huele verdad"; a lo cual yo solo pude responder:
"... creo que sería conveniente que las próxima vez le echaras un poco de agua al aparatico ese.
Ella me responde: será que si?
Yo se, que en cuestión de gustos no hay disgustos, pero en cuestión de aromas: POR FAVOR!!!, así que no tuve más remedio que pararme y decirle:
"...Gas cuchifó!!!"